E.

Demasiada seguridad me enloquece. Estoy con una rabia indefinida. Hoy no quiero pensar más. Es suficiente. He querido nombrarlo mil veces hoy, pero hoy no fue un día de nombres. Menos cuando el eco retumba en mis oídos de una forma extraña. Esto se vuelve complicado, se torna azul y ya el azul no es mi color favorito.

Siento subir la sangre por mis venas, mi cabeza quiere reventar, mis piernas son más largas y no me cabe duda alguna. Mis manos son la señal de mi disconformidad, esto no está bien. Hay que equilibrarlo, una sola razón necesito. Son varios días, esto no está místico ya, esto está extraño, inconexo, totalmente azul.

No soy buena para mentir, me tirita la pera, hoy puedo hacer un puchero y decir que mi corazón se carcome y los Doors suenan sin compasión por los parlantes. Y veo claramente lo que quiero, una cebada, un momento de tranquilidad y saber. Estoy sola en esto ¿y qué?

Y creo saberlo pero me da miedo. Me escondo y todo me afecta de una manera exagerada, soy completamente pasional, intensidad es mi palabra favorita... mentira es crujiente. Pero eso no lo sabe nadie más que tú... hey! tú, el calvo de la mirada eterna. Maldigo a los vientos que me trajeron hasta este momento... Callar.

Y voy a matar a un hombre en Reno, solo para verlo morir. Bien.

Recuerdo una vez en mi vida ya haber pasado por esto y caray... ya sé cómo termina y no quiero, es demasiado desagradable la fokin sensación. Y me aburro de juzgar, es lo que hay. Esto soy, esto puedo llegar a ser y si no te gusta BIEN! realmente BIEN!

No voy a involucrarme, se acabaron los sentimentalismos, los estúpidos momentos de poca cordura, los instantes débiles. Ya no siento sentir como antes. Ya no siento ser un sentimiento intenso ni pasional, y no me interesa saber el porqué, solo quiero sentarme y dejar que el maldito aire me hable al oído. No tengo miedo, oh sí! no tengo miedo.

Y voy a quererte.

Como cuando puedo gritar y el aliento tibio de mi interior sale volando como si le escupieran en la espalda. Quería reconocer tus manos en mi espalda, cuánto quería. No hay manos, no hay espalda. No hay nada hoy. Está claro.

Mal, una cosa lleva a otra y no se trata de poca cordura. Se trata de cómo... no sé de qué se trata, solo sé que lo siento y me irrita, me atormenta y a mi no me gusta la lluvia. Me gusta el sol, el clima tropical y últimamente el playero con locura y me voy, me voy a encontrarle un sentido a estos pensamientos traicioneros y reveladores.

Já! no voy a rogar, no voy a pedir, ni siquiera a pedir permiso, el silencio como regla en adelante.

Largo aprecio, eso tengo, un largo aprecio.