
Un solo instante, un momento de libertad, el viento en la cara... el pelo se transforma. Ganas de volar, de elevarse. Un solo minuto cercano, 4 seres, 4 extraños, 4 éramos. Cuatro que se han transformado en compañeros, en únicos... con un viaje sin rumbo, una llegada incierta, un destino inesperado, el mejor momento de aquellos. La música que atrapa, el bailoteo, el cigarrillo y faltaron temas y el silencio de vez en cuando y nos convertimos en estadios donde el público iba a observarnos ¡Qué importa! si éramos 4.
Y como estamos ahí, sentadas, libres... libres!!! La libertad de poder sentir, de poder vivir, la libertar de sentir el viento en la cara... la arena tibia, las fotografías, el sabor eterno de la cerveza.. el olor a madera chistosa, la cerveza... Y el sonido de las olas... que rompen como fuego mi cuerpo, queman cada parte de mi ser hasta conseguir envolverme en humo y agua.. una mezcla de sentidos extraños, como los 4 que nos fuimos y los que volvimos.
Hasta entonces el Valparaíso no era como hasta hoy, era el Valparaíso incierto de mis cuentos de niña, el que estaba en postales repartidos por mi habitación, el que soñé. Ahora el mismo Valparaíso que sí, se convirtió en paraíso de lo más alejado, de lo más envolvente, de la negatividad lejana y la buena vibra a flor de piel... elevarse de verdad en el Valparaíso de mi amor.
Y la calle Pedro Montt... sí, como tú no hay otra igual. Y el bolero romántico al entrar a la casa que nos acogió por cuatro días, cuatro...
Me expreso y me esparzo en el sonido travieso de los lejanos tacos al subir el cerro. Y las bolsas sonoras negras y apañadoras.
HEY! ya quiero volver carajo.
el olor a MADERA CHISTOSA! nada más, esa que se esparcia cerro abajo a pata! como olvidarlo!
ResponderEliminar4 días I N O L V I D A B L E S, aunque me hayas deja tirá! jajaja te quiero